miércoles, 29 de septiembre de 2010

Congreso de Viena

El tradicionalismo surgió en Francia como resultado de una reflexión sobre la Revolución de 1789, considerada como una conspiración de la francmasonería (sociedad secreta) y del iluminismo y de las experiencias de la emigración, que recondujo a la nobleza a la fe de sus padres. Joseph de Maistre, noble saboyano, y el vizconde de Bonald, gentilhombre de Rouergue, ambos emigrados, que se convirtieron, después de 1815, en teóricos del ultramontanismo, creían que la Revolución, y posteriormente Napoleón, fueron males enviados para castigar el crimen de la incredulidad (...)
Legitimismo: Bonald afirma “El hombre no puede dotar de una constitución a la sociedad política, como tampoco puede dotar de gravedad a los cuerpos o de extensión a la materia”. De Maistre insiste, en su libro “Sobre el Papa”, en el origen teocrático de los príncipes legítimos, que detentan su poder por delegación del único y verdadero soberano, el papa infalible; Bonald acentúa el carácter absoluto de la Revelación divina, que excluye de la vida social la libre discusión e incluso la tolerancia.
En Suiza, Ludwig von Haller publica su “Restauración de la ciencia del Estado” en ella dice “Los reyes legítimos, anuncia, son restaurados en sus tronos, lo mismo que restauraremos en su puesto a la ciencia legítima la que sirve al soberano señor, y de cuya verdad da fe el universo.”el soberano reina no en virtud de una delegación, sino de un derecho, que le confiere la fuerza; (...) pero en ningún caso se puede hablar de un contrato entre el soberano y sus súbditos. (...) en lugar de la soberanía del pueblo, la soberanía (personal del dueño), de aquel que es independiente por su poder y su fortuna. En lugar del poder delegado, el poder personal, es decir, recibido de Dios. (...)
Equilibrio, intervención y unidad: El hombre que encarnó, en opinión de sus contemporáneos, la política de la Restauración, fue le canciller austriaco Metternich, que durante largos años imprimió su sello a la política europea. La idea fundamental de su “sistema” es la del equilibrio, que tomó de su colaborador Friedrich von Gentz, el teórico de la lucha contra la Francia revolucionaria e imperial. Existe un equilibrio entre los Estados, ya que estos últimos no deberían quedar abandonados a su inspiración particular, sino sometidos a una comunidad supranacional. Y si es cierto que “sólo el orden confiere el equilibrio”, nada resultaría más peligroso para la existencia de esos Estados que en el desarrollo de los movimientos liberales y nacionales. (...) Considera que la salud descansa sobre la conservación de las monarquías y sobre el respeto a una jerarquía aristocrática, “clase intermedia entre el trono y las capas inferiores del cuerpo social”. La razón exige, pues, que las monarquías se unan para preservar a la sociedad de una subversión total. Como, a fin de cuentas, son los gobiernos los responsables de las revoluciones, éstos no deben retroceder ante ninguna clase de medidas preventivas. No sólo es necesario que los soberanos estén de acuerdo entre sí, y que se reúnan con frecuencia en congresos para aprobar conjuntamente las medidas a adoptar, sino también que puedan intervenir, en caso de necesidad, en los países vecinos para restablecer el orden amenazado; deben constituirse en tribunales supremos políticos para actuar de policías internacionales contra la revolución.
Tratados de la cuádruple alianza: artículo 2.- ...Los mismos principios revolucionarios que han sostenido la última usurpación criminal podrían aún, bajo distinta forma, desgarrar a Francia, y amenazar con ello la tranquilidad de los demás Estados... los soberanos aliados han prometido a Su Muy Cristiana Majestad apoyarle con sus armas contra cualquier convulsión revolucionaria. Artículo 6.- ... Se dedicarán reuniones a los grandes intereses comunes y al examen de las medidas que ... se consideren más provechosas para la tranquilidad y la prosperidad de los pueblos, y para el mantenimiento de la paz en Europa.

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